Durante el año 2020 se ha acelerado la implantación de la tecnología 5G a nivel internacional. Si bien ya se había alcanzado su consolidación en algunas regiones, un gran número de países ha empezado a superar la fase de pruebas piloto para pasar al modelo comercial.
Todos los cambios de generación tecnológica (2G, 3G, 4G) han traído avances significativos no solo en el sector de las telecomunicaciones, sino también en las actividades de las empresas, y en la cada vez más amplia gama de servicios que ofrecen al mercado y los consumidores.
Sin embargo, la implantación del 5G supera en relevancia e importancia a todas las tecnologías anteriores. Para algunos expertos, incluso podría hablarse de la nueva carrera espacial o la siguiente etapa de la revolución industrial, la llamada Industria 4.0. De hecho, las principales potencias – Europa, China, los Estados Unidos y Rusia – compiten por liderar su desarrollo.
El carácter estratégico del 5G se deriva de su potencial transformador para todos los sectores, incluyendo la gestión del ciclo integral del agua. Supone un cambio profundo en la manera de diseñar las redes móviles y en la forma de abordar sus diferentes usos, resolviendo la dificultad de implementar casos de uso con requisitos cada vez más dispares sobre las redes de telecomunicaciones.
Las funcionalidades del eMBB (enhanced Mobile Broadband), el MIoT (Massive Internet of Things) y el uRLLC (Ultra Reliable Low Latency Communications) son las que hacen esto posible. Este hecho, junto a la creación de redes corporativas virtuales privadas mediante network slicing, explica la revolución que trae el 5G. La personalización de las redes incrementa la fiabilidad y calidad del servicio, y permite procesar los datos cerca de su origen gracias al edge computing, liberando carga de tráfico en la nube, reduciendo su latencia y facilitando los análisis en tiempo real.
Esta “ultra-flexibilidad” de las redes 5G abre un abanico de posibilidades a nivel global, incluyendo casos de uso con requisitos tan distintos como la conexión masiva de dispositivos de baja complejidad (IoT) o la asistencia remota en quirófanos mediante realidad virtual.
El reciente whitepaper de Idrica “El 5G: punto de inflexión en el sector del agua” recoge las características diferenciadoras de esta tecnología y detalla las novedades que veremos en el sector. Por ejemplo, la operación autónoma de infraestructuras, el uso de datos en tiempo real o la conducción de vehículos en remoto para la agricultura.
El 5G ya ha llegado. Ahora es el momento de definir e implementar casos de uso gracias a los despliegues de redes ya disponibles, transformando la gestión de infraestructuras del agua.
Chema Nebot, Director de Desarrollo de Negocio, Idrica